El pasado 23 de febrero conversamos con Marita Bosh, misionera jesuita radicada en Brasil. acerca de su vida y el estatus de las Amazonas. Iniciamos hablando sobre como terminó trabajando en el Amazonas y nos aseguró que fue todo un largo proceso. Marita estudió en Loyola University y en un momento de su vida no sabía qué estudiar, pero estaba interesada en vivir una experiencia de misiones. Un jesuita de Paraguay la invitó a participar de una comunidad en el Basural de Cateura en ese mismo país. Tras pensarlo mucho, se fue en septiembre del 1995 y su vida cambió por completo. En el basural vivían familias campesinas e indias buscando oportunidades de trabajo y comida. Fue una experiencia fuerte para ella compartir esa realidad.
Conversamos sobre sus primeras experiencias en el Amazonas. Las Amazonas comparten frontera con nueve países de Suramérica, un espacio completamente diferente, donde la presencia de Dios se hace presente. En sus primeros meses se le hizo bastante complicado alimentarse, pues mucha de la comida era carne y ella es vegetariana. También le impresionó mucho la diversidad de fauna y personas. Los indígenas vivían unidos y tenían maneras únicas de manejar las situaciones. Además, entendió que la naturaleza a veces es retante, pero esto la ayudó a expandir su conocimiento y ganar experiencias.
Marita se estableció principalmente en Manaos, capital del Amazonas en Brasil. Sin embargo, se movió por muchos otros lugares. En Brasil se habla portugués, un idioma que ella conocía muy poco por lo que cuando tenía algo que decir o preguntar y no podía compartirlo lo hacía con símbolos, gestos y dibujos. Asegura que uno siempre aprende de los errores. En este tiempo con los indígenas aprendió a apreciar más la vida, que uno no debe preocuparse mucho, vivir el momento, compartir para tener un "Buen Vivir". También que la vida es frágil, debe cuidarse y se debe estar consciente del próximo paso que darás en ella. Nos explicó el proceso de cruzar fronteras, que a veces es fácil y otras difícil. En varios países simplemente es cruzar un río. Sin embargo, en lugares como Venezuela es muy intensa la situación en la frontera. También, toda la región del Amazonas está conectada, por lo que si pasa algo en Colombia, Surinam puede sentir efectos.
La situación actual es una intensa, ocurren muchas situaciones que amenazan la tranquilidad y la vida. Tampoco se vela mucho por el bienestar de los indígenas y escasea la salud. Por ejemplo, la situación actual de la Pandemia del Covid-19 es una fuerte en la región. Al principio todo el mundo se contagiaba y morían por su frágil sistema inmune. Además, los hospitales estaban llenos, los recursos no llegaban y el proceso de vacunación era uno lento, pero ahora va en progreso. También nos presentó una frase bien interesante y cito, "No se ama lo que no se conoce y lo que no se conoce no se ama, se cuida o se defiende".
Marita forma parte del Equipo Itinerante, al cual llegan las comunidades indígenas para compartir y ser escuchados. Asimismo, para los indígenas es importante estar bien con ellos mismos para estar bien con el otro. El dinero siempre se necesita, pero debemos conocer de estos temas para poder salvar a estas personas. Sin duda es un tema muy interesante que debemos seguir estudiando y compartiendo para poder proteger la vida de estas comunidades.
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