La naturaleza siempre ha sido resplandeciente en el Colegio San Ignacio, desde los frondosos árboles que decoran cada edificio hasta las aves que llenan de armonía, gozo y encanto las mañanas y tardes con su canto de harpa. En este artículo se hablará del segundo tipo, los animales.
Muchos recordarán al pato blanco con ojeras escarlatas, bautizado como Bartolomé de las Casas Agua Nube, aquel que andaba picoteando y recorriendo los pasillos y el redondel el año pasado. Si les pareció que había ausencia de algo cuando regresaron por primera vez este 2022 al colegio es por eso, el pato ignaciano no estaba. La razón de su ausencia es porque se lo llevaron. En palabras no tan explícitas del que se lo llevó “el pato estaba siendo domesticado en un ambiente no adecuado para él”. Lamentablemente se desconoce más sobre el tema, pero extrañaremos a la mascota ignaciana, al pato de San Ignacio que siempre tendremos en nuestros corazones, Bartolomé de las Casas Agua Nube.
Por otro lado, otros animales están indirecta e inconscientemente siendo candidatos para ser la próxima mascota del colegio, como las gallinas (una llamada Doña Fruklurú) y los gallos (uno llamado Don Gallarosco), aunque por ahora nada es seguro, tocaría ver como reacciona la comunidad ignaciana para escoger un sucesor.
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