Estamos celebrando en estos días la semana ignaciana. ¿y por qué?; se preguntará más de uno. Bueno, porque la fiesta de San Ignacio es el 31 de julio y en esas fechas estamos aún de vacaciones en los últimos cartuchos del verano. Eso y porque la fiesta de canonización de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier se celebra cada 12 de marzo.
Ahora bien, separar un día o una semana para celebrar algo puedo provocar que solo durante ese tiempo preciso y particular traigamos a nuestra mente y corazón lo que celebramos. ¿podríamos ser verdaderos ignacianos una semana al año? Seguro que podemos intentarlo, y aún más seguro de que fracasaríamos una y otra vez al intentarlo.
¿Por qué celebrarla entonces? Para recordar que tú y yo – que todos y todas – estamos llamados a la santidad. Celebramos para tener conciencia de que la santidad es la llamada de Dios a todo hombre y mujer a hacer el bien, ser feliz y esperar de Él la salvación. Tener presente que ser santo es posible y está a nuestro alcance. Tras las huellas de otros muchos santos – especialmente San Ignacio y San Francisco – buscar alcanzar la preciosa corona que ellos un día alcanzaron.
Este año, recordamos los setenta años de la fundación del Colegio San Ignacio aquí en la isla; nos hacemos conscientes que el servicio es pieza clave en cualquier experiencia ignaciana; e intentamos descubrir cuanto conocemos de nuestro Colegio en un divertido “scavenger hunt” que se ha preparado para este fin.
Nada, que a manera de porra deportiva: Sigue avanzando León, y nunca olvides tu misión”.
Jesús Quintana Rivera
Director de Pastoral
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