Muy buenas tardes, Padre Tim Howe, Presidente; Sra. María Isabel Domenech, Principal.
Viceprincipales, Miembros de la Dirección Académica, Facultad y Personal del Colegio, familiares, amigos y en especial, a ustedes mis queridos estudiantes de la Clase 2024.
Quiero comenzar dándole las gracias a Dios por permitirnos, dentro de las circunstancias que vivimos, la oportunidad de celebrar tan especial momento en la vida de ustedes: su graduación de octavo grado y la culminación de sus años en la escuela intermedia. Esta clase es muy significativa para mí, no solo porque he tenido la bendición de haber sido su maestra y moderadora durante el pasado año, sino también porque mi hijo Sebastián Andrés es parte de ella. La cercanía que he tenido con ustedes me ha permitido ver de cerca lo mucho que han crecido y madurado en estos pasados dos años. El tiempo pasa muy rápido y parece que fue ayer cuando los vi por primera vez en el encuentro de los estudiantes aceptados cuando apenas estaban en sexto grado. Ese día revolucionaron el auditorio con su alegría y espontaneidad. Qué mucho han cambiado desde entonces. Han desarrollado su liderazgo, han crecido en disposición y servicio, han autocontrolado sus caracteres y han asumido retos, como la declamación, con entusiasmo y aplomo mostrándonos a los profesores que ustedes son capaces de dar más. Creo que ese es uno de los privilegios más hermosos que tenemos los maestros de 7mo y 8vo grados: el poder contemplar el desarrollo académico, la transformación del carácter y la evolución de la forma de pensar y ver la vida de nuestros alumnos desde que entran al Colegio.
Queridos estudiantes, gracias por concederme la oportunidad de dirigirme a ustedes en esta tarde. Hoy dan por terminada una hermosa etapa de sus vidas e inician en estos días la escuela superior. Esta requerirá de ustedes esfuerzo, integridad, responsabilidad y disciplina. Sueñen, creen, esfuércense, den lo mejor de sí y, cuando enfrenten alguna dificultad, no se rindan, busquen ayuda, apertrechen. No hay nada mejor que uno saber que los logros que se obtienen son fruto del trabajo honesto y dedicado. Estar en este Colegio es una oportunidad. Aprovechen la educación y las herramientas que se les ofrece para que puedan convertirse en hombres de provecho para la sociedad, pero sobre todo en jóvenes valientes que sin miedo puedan proclamar con obras, más que con palabras, los valores del Reino de Dios. Hoy más que nunca nuestro país y nuestro mundo lo necesitan.
Mantengan su alegría, humildad y esa disposición que tienen siempre de ayudar y entregarse. Sigan dando lo mejor de sí. Sé que llegarán lejos y tengo la certeza de que el Señor tiene grandes bendiciones para ustedes. Mis hijos, les agradezco su cariño y respeto y les reitero que siempre, siempre, siempre pueden contar conmigo.
A ustedes padres, les agradezco su confianza, su apoyo y el trabajo en equipo. Los animo a continuar asumiendo con amor y valentía esta hermosa, pero muy difícil tarea de la maternidad y paternidad. Recuerden siempre que nuestros hijos necesitan padres que les demos dirección, no amigos. Siempre podremos lograr espacios de cercanía y confianza con ellos, pero es nuestra responsabilidad dirigirlos. No tengamos miedo a hacerlo. Y, aunque nos duela, dejemos que se equivoquen y aprendan de sus aciertos y de sus errores. Es importante que comprendan, más temprano que tarde, que son sus decisiones las que labran sus destinos. De no aprender esto vivirán como víctimas a merced de un mundo que los menosprecia porque no los ve como Dios los ve, ni los ama como Él lo hace. En esta etapa de escuela superior, permitamos que ellos asuman las riendas de sus responsabilidades escolares. No les resolvamos todos los problemas, sino démosle las herramientas para que puedan ir enfrentando las dificultades por ellos mismos. Créanme, las recompensas de hacerlo serán muchas y no están solos en esto. Cuentan con todos nosotros.
A mis compañeros de la facultad, les reitero mi cariño y mi total admiración por el amor que ponen en todo lo que hacen y por el compromiso que tienen con la educación de nuestros estudiantes. Siempre he dicho que ustedes son la fortaleza más grande que tenemos como institución y para mí es un enorme privilegio ser parte de ustedes.
¡Muchas felicidades a todos y buenas tardes!
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