Si has pasado por las mesas al aire libre de la cafetería probablemente has visto varias abejas que se sitúan por esa área, quizás también has visto una o dos que deciden aventurarse dentro de un salón. Lo importante es no hacerles daño y saber que las abejas son una parte integral de nuestro ambiente natural. Su rol en el ecosistema es recoger polen de flores y plantas y esparcirlo, esto permite que estas plantas se reproduzcan. Muchas de las plantas que se benefician de las abejas son cultivos alimentarios importantes para nosotros. Sin las abejas se haría mucho más difícil y costoso poder cultivar frutos como manzanas, el aguacate y las almendras. Por eso no es sorprendente que las abejas fueran elegidas el animal más importante del mundo por la Sociedad Geográfica Real de Londres.
La miel que producen las abejas es un alimento muy importante, y es consumido no solo por su dulce sabor, sino también por sus propiedades medicinales. Las abejas tienen que pasar por un proceso para crear la miel. Primero las abejas obreras extraen el néctar de alguna flor y la llevan a su colmena. Luego les entregan el néctar a las abejas “masticadoras” quienes “mastican” el néctar. Este proceso crea una mezcla de miel con agua, esta sustancia es puesta en paneles y ahí se espera que se evapore el agua. Cuando esto sucede ya lo único que queda es la miel y se puede cultivar o dejar para que las abejas mismas la usen.
Con lo importante que son las abejas para el mundo es triste decir que su población está en peligro extinción. Esto se debe a varias razones, el calentamiento global, la destrucción de sus hábitats, la contaminación del aire, sequías y pesticidas. Necesitamos hacer un mayor esfuerzo para proteger las abejas si queremos salvarlas, por ejemplo, puedes sembrar flores o plantas para ellas. Lo importante es ayudarlas como ellas ayudan a nuestro hogar, el planeta Tierra.
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