Después de mucho tiempo sin ir a la capilla a celebrar una de las misas de grado, el pasado martes, 25 de octubre participamos de la eucaristía con los estudiantes de la clase 2023. Éramos muchos, en un espacio reducido, en un lugar que hace tiempo no visitábamos, haciendo algo que no es habitual para todos y con toda la clase reunida en un solo lugar. “Locura que deberíamos procurar con más frecuencia.”
Allí, comenzamos con un intento de canción que culminó siendo un coro muy dispuesto, pero poco armonioso. Dos de los chicos nos compartieron la Palabra de Dios, el P. Daniel Mora SJ proclamó el evangelio y nos hizo reflexionar poniendo un pie en el pasaje del evangelio y el otro en el Puerto Rico en el que todos estamos sumidos y somos parte. El llamado: ser agentes de buenos cambios en un mundo que nos necesita.
La oración de los fieles fue épica: 10 o 12 estudiantes pidieron a Dios por diversas intenciones; reconociendo que hay muchas cosas pasando a nuestro alrededor y que para todas necesitamos de la ayuda de Dios. Consagración, memorial, padrenuestro, paz y el momento culmen de la comunión – con canción incluida. Que hermoso ver como un buen número de estudiantes se sintió movido a acercarse a Jesús y permitirle entrar en su interior. Incluso hubo más de uno que se acercó a recibir la bendición de manos del sacerdote en ese momento de comunión. Terminamos dando gracias y entonando la canción final – mismo entusiasmo, misma armonía.
Dios siempre está; “nunca se muda”; está siempre dispuesto a recibirnos, a escuchar nuestras intenciones, a entrar en comunión con nosotros. Que falta hace sacar un espacio para compartir con él en medio de nuestros días. Yo por lo menos: entré lleno de mil cosas en mi interior… Salí con una más: Una gran Esperanza.
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