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Foto del escritorPeriódico El Ignaciano

El problema de la basura



Cuando hablamos de recoger nuestra basura o de cosas que utilizamos, lo aprendemos en la casa donde identificamos un lugar en específico para botarlo. Aprendemos esto de acuerdo con las reglas del hogar y de la comunidad. Independientemente del protocolo y manejo existente a nivel social de la basura existe la falta de empatía y conciencia de los seres humanos quienes no tomamos en cuenta las consecuencias en el entorno. Las reglas existen desde el punto de vista de un ser bueno y malo, inteligente y poco inteligente que incluye aspectos importantes como el manejo de los desperdicios sólidos. Una persona consciente y empática con su espacio se da cuenta de la necesidad de funcionamientos necesarios de cómo trabajar con la basura. Cuando conocemos a una persona por primera vez, presuponemos que sigue las reglas sociales y reconoce y aprecia su alrededor. Además, para poder tener un ambiente limpio y recogido tenemos que tener conciencia. La conciencia es la capacidad propia de los seres humanos de reconocerse a sí mismo y de entender si la acción que hace es positiva o negativa.


En este sentido, la conciencia está asociada a la actividad mental que implica un dominio por parte del propio individuo sobre sus sentidos y sobre sí mismo. Teniendo empatía y conciencia hacia el mundo y la naturaleza nos permite entender desde la sensibilidad y las emociones humanas el ambiente que nos rodea, todos sus componentes, aprender de él, respetarlo, cuidarlo y ser lo que somos, seres naturales. En el mundo hay un gran por ciento del ambiente contaminado; podemos estar recogiendo la basura, pero, inadecuadamente. El resultado de no recoger la basura o recogerla inadecuadamente es bastante grave para la salud. Por ejemplo, enfermedades o puede también tener efectos negativos para el medio ambiente. Desde lo estético de las ciudades y espacios hasta los paisajes naturales y sus especies, y en la contaminación del agua, tierra y aire. Suiza, Austria y Alemania son los países más conocidos por las formas en que ellos reciclan. En Suiza el reciclaje es obligatorio, de no hacerse las multas ascienden a los 10,000 euros. La clasificación debe hacerse detalladamente, por lo tanto, la mayor parte de la basura es reciclada. Al entender esto, en Suiza se recicla 93% de vidrio, 91% de aluminio y 83% de botellas. Las medidas que han tomado han sido exitosas, no solo ayudan a cuidar el medio ambiente, también se traducen en ahorros económicos y energéticos. El porcentaje de Austria en reciclaje es del 63%, y la región de Estiria se ha convertido en un referente mundial en gestión de residuos y reciclaje. Miles de especialistas viajan hasta el estado para aprender las políticas y acciones que emprenden en el reciclaje. Finalmente, en Alemania logran reciclar el 62% de toda la basura que generan, comenzaron con el desuso de bolsas de plástico y le siguieron medidas de clasificación de residuos, educación ambiental desde edad temprana y conciencia social.


Después de recopilar estos datos, el sistema de Puerto Rico no ha sido el más adecuado hacia el ambiente y podemos ver que, aunque Puerto Rico no ha tomado acción nosotros como personas y parte de la naturaleza hemos sido ignorantes para cuidarla. Entendido esto, Puerto Rico igualado a Estados Unidos, recicla menos del 10% de los desperdicios sólidos que produce. Para poder mejorar el sistema de reciclaje en Puerto Rico podemos tomar como modelo el sistema que utiliza Suiza que es establecer multas por falta de reciclar. Además, podemos estudiar el sistema ambiental desde temprana edad y concientizar a las personas como lo hizo Alemania que tuvo éxito en su proyecto.

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